El latifundismo en América latina
- LatamSinFiltro
- 29 mar
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El latifundismo es un concepto clave que permite entender los problemas actuales de repartición de tierras agrícolas en la región. El latifundismo tuvo impactos que perduraron en el tiempo y que hoy en día siguen influenciando los sistemas agrarios de los países, siendo una de las raíces del subdesarrollo de la región y de la repartición muy desigualitaria de las tierras. A partir de la conquista española y del desarrollo de las colonias, la posesión de tierras ha estado vinculada a las nociones de poder y de riqueza[1].
Las colonias españolas establecidas en América latina se caracterizaron por la implementación de un sistema de dominación política y económica. En particular, el orden colonial español fue caracterizado por la creación de un sistema agrario basado en la encomienda. El sistema de castas implementado que daba más poder a los conquistadores, órdenes religiosas y funcionarios de la Corona española les dio, entre otras cosas, el derecho a ocupar tierras y obligar a los indígenas (que se ubican en la parte inferior de la pirámide social de la colonia) a trabajar en el latifundio a cambio de una evangelización. Dependiendo del país, el latifundio tiene diferentes nombres: en México, se conoce como hacienda; en Chile, Argentina y Uruguay, como estancia y en Guatemala y Cuba, como finca.
Las haciendas son grandes propiedades agrícolas detenidas por un latifundista o el “caudillo” que tiene poder económico y político sobre los empleados indígenas y esclavos africanos. En las haciendas se hacían cultivos de algodón, azúcar y café, entre otros tipos de cultivos. La mano de obra se basaba en el trabajo forzado y la “mita”, el impuesto obligatorio que pagaban los indígenas por el tiempo de trabajo. La hacienda era como una sociedad cerrada dentro de la colonia. Dentro se encuentran tiendas para comprar de todo: alcohol, ropa, armas, alimentos…Los trabajadores tenían sus casas dentro, una iglesia también. Existía una moneda propia que solo se podía utilizar dentro de la hacienda pues el comercio estaba prohibido entre las haciendas. Las culturas son mayoritariamente de exportación, en particular a las grandes metrópolis. El latifundismo es un modelo precapitalista por su orientación principal al mercado exterior. Muchas veces, los trabajadores no eran pagados en dinero sino en productos que se podían encontrar en la hacienda. La situación de los empleados es similiar a la esclavitud.
Frente a estas enormes explotaciones agrícolas, los “minifundios”, es decir las parcelas de tierras generalmente de escaso rendimiento pertenecientes a pequeños productores locales no pueden competir con los latifundios. Los campesinos no encuentran el estímulo económico que podría ayudarles a progresar y competir con las enormes haciendas. Para el campesino que lo explota, el minifundio es sinónimo de hambre y pobreza.
Con la independencia de los países, la situación no cambió mucho, todo al contrario, en vez de pertenecer a los conquistadores, muchas tierras fueron otorgadas a los criollos vencedores de las guerras de independencia. En realidad, las oligarquías de españoles fueron reemplazadas por oligarquías y elites criollas. Más tarde, en la primera mitad del siglo XX, la mayoría de los sistemas agrarios latinoamericanos eran sistemas latifundistas. Las reformas que fueron implementadas en esta época por los distintos gobiernos no provocaron un verdadero cambio estructural del sistema.
Hoy en día el sistema agrario de la mayoría de los países latinoamericanos fue heredado del latifundismo. Ya no son grandes propietarios que controlan las tierras agrícolas sino las grandes empresas de la agroindustria, los bancos o empresas multinacionales. El mercado no empuja a los propietarios a maximizar la productividad y aumentar la inversión. Los propietarios no están sometidos a la presión del mercado ya que casi tienen el monopolio. Según un informe realizado en 2017 por la ONG OXFAM[2] y citado por la ONU y la FAO, el 1% de los propietarios de América Latina concentra más de la mitad de las tierras agrícolas.
[1] Raúl Alegrett, “Evolución y tendencias de las reformas agrarias en América Latina”, Food and Agriculture Organization of the United Nations, 1988, https://www.fao.org/4/j0415t/j0415t0b.htm.
[2] Arantxa Guereña, “Desterrados: tierra, poder y desigualdad en América Latina” (Oxfam Internacional, 2016), https://www.oxfam.org/es/informes/desterrados-tierra-poder-y-desigualdad-en-america-latina.
Bibliografia:
Alegrett, Raúl. “Evolución y tendencias de las reformas agrarias en América Latina”. Food and Agriculture Organization of the United Nations, 1988. https://www.fao.org/4/j0415t/j0415t0b.htm.
Carlson, Chris. “Agrarian Structure and Underdevelopment in Latin America: Bringing the Latifundio ‘Back In’”. Latin American Research Review 54, núm. 3 (septiembre de 2019): 678–93. https://doi.org/10.25222/larr.860.
Chonchol, Jacques. Systèmes agraires en Amérique latine : Des agriculteurs préhispaniques à la modernisation conservatrice. Systèmes agraires en Amérique latine : Des agriculteurs préhispaniques à la modernisation conservatrice. Travaux et mémoires. Paris: Éditions de l’IHEAL, 1995. https://books.openedition.org/iheal/3107.
Dabène, Olivier, Frédéric Louault, y Aurélie Boissière. “L’Amérique latine coloniale”. Atlas, 2022, 10–11. https://shs.cairn.info/atlas-de-l-amerique-latine-polarisation-politique-et-crises--9782746763128-page-10.
Guereña, Arantxa. “Desterrados: tierra, poder y desigualdad en América Latina”. Oxfam Internacional, 2016. https://www.oxfam.org/es/informes/desterrados-tierra-poder-y-desigualdad-en-america-latina.