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Balance de 4 años de mandato de Nayib Bukele en El Salvador

Actualizado: 9 mar



“En 2019, sé que muchos no conocían al Salvador o ni siquiera habían oído hablar del Salvador y si lo conocían solo tenían malas referencias: o el país más violento del mundo o el país de las maras, otros no sabían dónde quedaba en el mapa, pero gracias a Dios eso ha cambiado significativamente y en muy poco tiempo. Cinco años después de aquel primer discurso vengo acá como presidente de un país que ahora tiene voz en el mundo.”

 

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, en su discurso durante la 79° Asamblea General de la ONU el 24 de septiembre de 2024.

 

El Salvador es un pequeño país de Centroamérica de 21.040 km2 de superficie ubicado entre Honduras y Guatemala. Si durante mucho tiempo El Salvador fue totalmente desconocido e incluso ignorado por una gran parte de la comunidad internacional, hoy en día todo el mundo ha escuchado el nombre de Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, el “salvador” carismático que restableció la paz y la seguridad en el país a través de la “guerra contra las pandillas” incluyendo la construcción de una mega cárcel para pandilleros.

 

Sin embargo, la rigidez de sus prácticas fue criticada varias veces y su éxito es bastante controvertido: durante su primer mandato, Bukele fue acusado por la oposición de haber intentado “un golpe de Estado”. ¿Fue realmente así? En la prensa, muchos lo llaman “el dictador cool” sin embargo, ¿de verdad Bukele es un dictador?

 

En este ensayo, vamos a contestar estas preguntas realizando un balance del  primer mandato presidencial de Nayib Bukele con un enfoque crítico, focalizándose en las cuestiones de seguridad  y de las maras que constituyeron el centro de su primer mandato.

 

El Salvador y Nayib Bukele

Situación en el Salvador antes de la llegada de Bukele a la presidencia

 

Situación económica y política

 

Desde su independencia en 1821, El Salvador, como muchos otros países de Latinoamérica, ha experimentado una concentración de poder y riqueza en manos de las élites provocando profundas desigualdades. La demanda de cambios estructurales para una sociedad más igualitaria estuvo al centro de varios movimientos sociales, en particular a través del Partido Comunista del país. En 1981, cuando estalló la guerra civil en El Salvador, las diferentes corrientes de izquierda se unieron para crear el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y lucharon contra la dictadura militar para obtener cambios estructurales a nivel económico, político tal como social. En 1992, se firmaron los acuerdos de Chapultepec que pusieron fin a la guerra civil. Estos acuerdos se enfocaron en la reinserción de los grupos armados a la sociedad salvadoreña, a la protección de los derechos humanos dejando de lado las desigualdades socioeconómicas.

 

Al salir de la guerra, El Salvador empezó a implementar políticas neoliberales (Consenso de Washington) aumentando la precariedad económica de los ciudadanos y las desigualdades ya existentes. El mercado salvadoreño se abrió y se enfrentó a la competencia internacional sin tener empresas nacionales competitivas y productivas que puedan competir con las empresas extranjeras. La guerra civil que ocurrió apenas hace 44 años y terminó hace 33 años dejó el país en una situación socioeconómica difícil, con mucha pobreza y desigualdades. Dicho de otra manera, representaba un terreno fértil para el aumento de la delincuencia y del crimen. A mediados de los años 1990, las maras se desarrollaron en el país y los problemas de delincuencia y seguridad interna que vamos a ver ahorita atrajeron muy poca inversión extranjera en el país. Según datos del Banco Mundial, la inversión extranjera directa (IED) representaba el 0% del PIB salvadoreño en 2022.  En 2019, la pobreza representaba el 26,8 % de la población y alrededor del 5% de la población salvadoreña vivía en pobreza extrema.[1] 

 

En el ámbito político, desde los años 1980 El Salvador ha tenido dos partidos tradicionales, ARENA y FMLN (se convirtió en un partido político al final de la guerra civil). Bukele llegó a la presidencia en un contexto de hartazgo general de la población por estos dos partidos. El FMLN llevaba 8 años en la presidencia sin cumplir con sus promesas y ARENA se enfrentaba a varias acusaciones de corrupción.

 

 

Problema de las pandillas

 

Es importante entender la naturaleza del conflicto entre las pandillas antes de analizar la estrategia de Nayib Bukele. Entonces veamos primero cómo nacieron las pandillas y cuál era la situación antes de la llegada de Nayib Bukele.

 

Desde el fin de la guerra civil en 1992, El Salvador fue experimentando altos niveles de violencia. Sin embargo, esta violencia no fue el resultado de una removilización de los actores de la guerra civil sino que se debe al aumento de la delincuencia sobre todo entre los jóvenes formando parte de las maras.

 

Les cuento la historia: el aumento de la violencia en El Salvador está estrechamente vinculado al fenómeno de migración económica desde El Salvador hacia Estados Unidos que tuvo lugar al final de la guerra civil salvadoreña. Al salir de la guerra, El Salvador se encontraba en una situación económica difícil. Por ello, muchos salvadoreños emigraron a Estados Unidos, en particular en el sur de California, en barrios populares de la ciudad de Los Ángeles que, tal como otras grandes ciudades estadounidenses, tenía altos niveles de delincuencia.


marasalvatrucha barrio 18 maras pandillas el salvador

Podemos destacar dos grandes maras salvadoreñas: la Mara Salvatrucha 13 (MS13) y su rival Barrio 18 (Eighteen Street Gang en inglés). Ambas bandas tienen su origen en los guetos latinos más pobres de Los Ángeles, donde las bandas de origen latinoamericano eran consideradas «prestigiosas» y representaban símbolos de poder para un gran número de adolescentes inmigrantes o hijos de inmigrantes. El Barrio 18 existe desde los años 40 y a principios estaba formado principalmente por inmigrantes y refugiados latinoamericanos. Por su parte la MS13 surgió en los años 1970 y en esta época estaba formada por aficionados al heavy metal. A finales de la década de 1980, ambas maras estaban bien posicionadas dentro del sistema de bandas latinas de la región. Las dos maras formaban parte del «sistema sureño». Este sistema reúne a todas las pandillas del sur de California que luchan entre sí por el control de los territorios, de su barrio. Sin embargo, con las políticas de encarcelamiento masivo del Presidente Reagan (1981-1989) en los años 1980 muchos pandilleros fueron encarcelados. Dentro de las cárceles, las distintas pandillas del sur empezaron a unir sus fuerzas para defenderse de las bandas latinas del norte de California, de las afroamericanas y de otras pandillas.

 

Las tensiones entre la Mara Salvatrucha y el Barrio 18 empezaron realmente a partir del 1989. Empezaron a enfrentarse por el control de territorios, por el tráfico de drogas y el reclutamiento de nuevos miembros. Las nociones de prestigio y respeto son esenciales para entender los enfrentamientos entre pandillas. Una de las razones por las que las maras se enfrentan de forma casi ritual es para obtener prestigio y ser respetada por el barrio. Las pandillas existen para atacarse entre sí. Casi se puede considerar que, si una de las maras cae, la otra ya no tiene razón de existir. De hecho, las relaciones violentas entre maras nunca han estado motivadas por desacuerdos profundos o visiones políticas diferentes. Originalmente, la violencia entre las maras era principalmente un conflicto étnico.

 

Al final de la guerra civil en 1992 comenzó un vasto proceso de deportación. Estados Unidos envió a cientos de pandilleros de vuelta a sus países de origen. En el caso de El Salvador, una gran parte procedía de la Mara Salvatrucha 13 o del Barrio 18. Al regresar a su país, los pandilleros siguieron los actos de la violencia contribuyendo al aumento drástico de la delincuencia y del número de homicidios en el país. Ya no necesitaban protegerse de otras pandillas estadounidenses, pero continuaron las prácticas violentas y un sentimiento de venganza se instaló entre las dos maras que quisieron guardar su estatuto, su imagen y ser respetada por el barrio. De nuevo, estos grupos criminales no tienen reivindicaciones políticas. El único objetivo de las maras es el control territorial, los pandilleros luchan por el monopolio de la violencia.

 

2001-2019: políticas de mano dura y de súper mano dura contra las maras

 

Hasta 2001, el Estado había ignorado la cuestión del pandillerismo y había minimizado el poder de las pandillas, permitiéndoles controlar ciertos barrios. En 2001 se introdujeron las políticas de mano dura, reconociendo que las pandillas constituían un grave problema de seguridad y que era necesario desarrollar estrategias represivas contra ellas. Las políticas de mano dura y de súper mano dura condujeron a violentos enfrentamientos entre el Estado y las pandillas. A principios las maras no tenían por objetivo enfrentarse a las fuerzas de policía, pero a partir de la década de 2000 el Estado se convirtió en un enemigo. Si el prestigio se había obtenido luchando contra la mara enemiga, ahora también se obtenía atacando al Estado. Sin embargo, no se trata de un conflicto directo entre las maras y el Estado. Las maras siguen sin tener reivindicaciones políticas ni planes concretos contra el Estado. Se defienden del Estado que intenta impedir que éstas controlen territorios del país.

 

Varios años de negociaciones secretas entre el Estado y las pandillas condujeron a la implementación de una tregua entre marzo de 2012 y mayo de 2013. Sin embargo, esa tregua permitió a las bandas consolidar sus bases y adaptarse a los golpes asestados por la policía y el ejército. La interrupción repentina de la tregua intensificó los enfrentamientos entre el Estado y las maras. En 2015, la violencia en El Salvador alcanzó su punto máximo, los enfrentamientos entre la policía y los mareros aumentaron exponencialmente. Frente a esta situación, la Corte Suprema del Salvador declaró a las pandillas como grupos terroristas y declaró ilegal la negociación con ellas. El plan «Salvador Seguro» fue puesto en marcha por el presidente Salvador Sánchez Cerén (2014-2019). Anunció el despliegue de seiscientos soldados de élite, además de los siete mil soldados ya desplegados para patrullar las zonas urbanas. Estos soldados de élite no tenían entrenamiento para capturar sospechosos; solo estaban entrenados para matar al enemigo. Entonces el número de muertos se disparó y las principales bandas dejaron de atacarse entre sí para concentrar su resistencia contra las fuerzas del Estado. Al final, ni las políticas de mano dura de los distintos gobiernos ni la tregua lograron reducir el nivel de violencia. En 2016, la inseguridad y la violencia costaron a El Salvador más del 16% de su PIB.[2]

 

Además, a lo largo del tiempo nuevos actores se involucraron en el conflicto, y hoy en día los pandilleros no son los únicos responsables de los altos niveles de violencia. Por una parte, se crearon grupos paramilitares, milicias de autodefensa y empresas de seguridad privada. El abandono de ciertos territorios por parte de las fuerzas de seguridad a las maras es la principal razón de la aparición de tales grupos de eliminación y de defensa.

 

Por otra parte, las bandas criminales se multiplicaron y las maras originales se reorganizaron. La MS-13 y Barrio 18 sufrieron escisiones. Dentro de la MS-13 nació la MS-503. Una lucha de poder para apropiarse de los recursos económicos puede explicar dicha escisión. La MS-503 abogaba por volver a la «lucha armada exclusiva entre las pandillas» y abandonar la violencia contra la población y el Estado. Denunció los pactos electorales y declaró que la MS-13 no debía interferir en los asuntos políticos. En respuesta, altos grados de la MS-13 ordenaron la ejecución de todos los disidentes. Las órdenes especificaban que los familiares, padres, esposas, compañeros e hijos de los disidentes también eran objetivos. Asimismo, el Barrio-18 también experimentó disturbios internos. La mara tradicional Barrio-18 Sureños se opone a la B-18 Revolucionarios, que se escindió oficialmente en 2005. Esta división en dos facciones está vinculada a una disputa sobre el reparto de los recursos procedentes de la extorsión. Para terminar, surgieron también otras bandas como la Mara R, una recién llegada que complicó aún más la situación, y otras bandas como los Mirada Locos, la Mara Máquina y los Mao Mao que representan alrededor del 17%[3] del número estimado de pandilleros, pero que no causan verdadera preocupación. Por su parte, la Mara R se convirtió en un verdadero actor del conflicto contando con antiguos miembros de las bandas MS-13 y B-18 entre sus filas.


Problemas de impunidad: el sistema judicial y penitenciario de El Salvador


Desde hace varios años, el Estado salvadoreño ha demostrado su incapacidad para garantizar la seguridad de las rutas de transporte y de las comunidades rurales. Los sistemas judicial y penitenciario del país son impotentes frente a la propagación de la violencia. Además, hay mucha corrupción dentro de las fuerzas policiales. Los habitantes de las zonas controladas por los mareros no pueden reaccionar ni denunciar sus acciones por miedo a represalias o incluso a encontrarse cara a cara con un policía corrupto. Solo les queda seguir la ley de las pandillas: «ver, oír, callar».

 

El sistema penitenciario en El Salvador tiene varios fallos lo que no permite sancionar de manera adecuada a los culpables ni erradicar las pandillas. Las cárceles son el principal lugar donde se fortalecen las maras. El encarcelamiento de los pandilleros les permitió reorganizarse y “profesionalizarse”.[4] En las cárceles, los pandilleros empezaron a interesarse en el narcotráfico como medio de financiamiento de la violencia. En 2018, aproximadamente 40.000 salvadoreños fueron incarcerados, es decir 614 personas por cada 100.000 habitantes[5] y fueron repartidos entre 25 cárceles. Con la “guerra contra las pandillas” de Bukele, esta cifra alcanzó 1.659 personas por cada 100.000 habitantes en 2024[6].

 

Las políticas que permiten la reinserción en la vida civil de los pandilleros tras el encarcelamiento son escasas y suelen ser ineficaces. En cuanto a los pandilleros que desean arrepentirse, desconfían del sistema judicial y de las fuerzas policiales debido a la escasa protección que pueden ofrecerles.

 

A modo de balance, desde los años 1990 El Salvador sufre de altos niveles de violencia que se explican por guerras entre pandillas que a partir del 2001 ha incluido también el Estado. Hasta el 2022, los principales homicidios se debían principalmente a enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los pandilleros. Según cifras del Banco Mundial, en 2021, hubo 18 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes. Además, el sistema judicial y penitenciario no estaban a la altura del reto al cual El Salvador debía enfrentarse.

 

¿Quién es Nayib Bukele?

el salvador presidente nayib bukele guerra contra las pandillas

Nayib Armando Bukele Ortez nació el 24 de julio de 1981, en San Salvador. Nayib es el hijo de Armando Bukele Kattán (1944-2015), un empresario y político de origen palestino, doctor en Química Industrial, físico, historiador, economista y periodista. A los 18 años, Nayib Bukele empezó a dirigir empresas de la familia e inició una carrera de Ciencias Jurídicas en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA El Salvador) con la idea de llegar a ser abogado, pero no terminó dicha carrera. Nayib prefirió dedicarse a gestionar varias empresas familiares. Una de ellas tuvo en particular mucho éxito: OBERMET, una compañía de servicios promocionales y publicidad de la que Nayib fue presidente.

 

En 2011, con 30 años, Nayib Bukele decidió empezar su carrera política con los colores del FMLN.  Su carrera empezó con su llegada a la alcaldía de un pequeño municipio de La Libertad que cuenta con menos de 10.000 habitantes, Nuevo Cuscatlán entre el 1 de mayo de 2012 y el 30 de abril de 2015. A pesar de la poca relevancia política de este municipio, Nayib Bukele consiguió hacerse conocer en la capital del país como una nueva figura de la izquierda salvadoreña conectando con la juventud a través de las redes sociales. Se dio a conocer como un político innovador y dinámico, lo que le permitió llegar a la alcaldía de la capital, San Salvador en 2015. Durante su administración, Bukele implementó varios programas para desarrollar las infraestructuras de San Salvador. Entre ellos podemos destacar su iniciativa “Una obra por día” que supuso, entre otras cosas, la construcción de nuevas rutas y casas, así como la reconstrucción de áreas deterioradas. Además, llevó a cabo la restauración del centro histórico de la capital.

 

Si todos estos proyectos fueron bien recibidos por parte de los ciudadanos, no lo fueron por el FMLN que acusó a Bukele de populista. Pues varias veces Bukele había denunciado la corrupción, la deshonestidad y los intereses ocultos del partido y del gobierno salvadoreño en general. Denunciaba una falta de representación de los ciudadanos y de sus demandas por parte de los políticos con lo cual en octubre 2017 fue expulsado del partido por el Tribunal de Ética del FMLN.

 

Al mismo tiempo, Bukele anunció la formación de su propio partido político Nuevas Ideas con el objetivo de alcanzar la Presidencia de la República del Salvador. En tres meses, el partido recogió 200.000 firmas, es decir cuatro veces más firmas que la Ley solicita para conformar un nuevo partido político  (se necesitan 50.000 firmas). Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral se demoró en inscribir Nuevas Ideas como partido político legal lo que no permitió a Nayib Bukele presentarse como candidato a las elecciones presidenciales del 2019. Con esto, Bukele decidió postular su candidatura con la Gran Alianza Nacional (GANA), un partido de centroderecha. No se sentía incómodo con el hecho de postular con un partido conservador ya que el político siempre rechazó definirse como un político de izquierda o de derecha.

 

Su imagen juvenil, “antisistema” y su discurso bastante básico y populista[7] “anticorrupción” se reveló efectivo y le permitió ganar las elecciones presidenciales. El 3 de febrero del 2019 ganó con amplia ventaja las elecciones presidenciales, convirtiéndose en el presidente más joven (38 años) de la historia del país y en el más joven de toda América Latina. Además, Bukele se convirtió en el primer presidente salvadoreño que llegó a la presidencia sin pertenecer a Arena o FMLN, es decir los dos partidos que se enfrentaron durante la Guerra Civil. Bukele es creyente en Dios, aunque ha declarado pertenecer a ninguna religión. La figura de Dios es recurrente en sus discursos.

 

Para concluir, resulta fastidioso determinar la ideología política de Nayib Bukele. Si él ha mostrado en las redes sociales su aprobación de políticos de derechas como Donald Trump en Estados Unidos o Javier Milei en Argentina, también publicó posts sobre la Nicaragua de Daniel Ortega pero denunció en X el resultado de las elecciones presidenciales del 2024, afirmando que fueron una “fraude” y se burló del presidente venezolano Nicolas Maduro en Instagram. Lo que sí resulta claro es que Bukele vino a la presidencia del Salvador para atacar a los partidos políticos tradicionales y redefinir la política del país.

 

Balance del primer mandato del presidente Nayib Bukele

 

Cuando Bukele llegó al poder se encontró con un país agotado por el tráfico ilegal y las guerras entre bandas, un gobierno plagado de corrupción y desacreditado, y un sistema judicial impotente y viciado. Además, las desigualdades y la pobreza aumentaron a raíz de la crisis del COVID-19. Desde el 2000, la economía ha crecido de manera tímida. Entonces, ¿cuál es el balance de la situación en El Salvador en el 2024?

 

Éxitos y fracasos de la agenda del presidente Bukele

La “guerra contra las pandillas”: victoria para el gobierno?

 

pandillas maras el salvador nayib bukele AFP

Tal como sus predecesores, al llegar a la presidencia, Nayib Bukele implementó políticas de mano dura para luchar contra las maras y continuó el Plan Control Territorial que había sido lanzado el 20 de junio de 2019 para terminar con los grupos de pandilleros. Este plan cuenta con siete fases de las cuales seis ya fueron implementadas.

  1. Fase una, “Preparación”: recuperar el control de los territorios e implementar una represión contra las maras

  2. Fase dos, “Oportunidades”: generar mejores condiciones de vida para los jóvenes prevenir la violencia

  3. Fase tres “Modernización de las fuerzas de seguridad del Gobierno”: fortalecer la capacidad operativa de las fuerzas de seguridad mediante inversiones en la actualización del equipamiento y recursos tecnológicos

  4. Fase cuatro “Incursión”: Empezó el 19 de julio de 2021. Esta etapa supone la intervención directa de las fuerzas de seguridad en territorios previamente de difícil acceso debido a la alta presencia de pandillas. Durante esta cuarta fase, el presidente Nayib Bukele anunció la incorporación de 1.046 nuevos soldados de la Fuerza Armada en apoyo a la Policía Nacional Civil (PNC).

  5. Fase cinco “Extracción”: El 23 de noviembre de 2022, el presidente Nayib Bukele anunció el inicio de esta fase que se enfoca en una intervención de las fuerzas armadas con el objetivo de neutralizar las pandillas en todo el territorio salvadoreño. Fue en el marco de la quinta fase del Plan que fue utilizado el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) mejor conocido como la famosa “mega carcel” de El Salvador con capacidad para acoger a 40.000 reclusos. Es la cárcel más grande del continente americano. Esta cárcel tiene por objetivo acoger a los criminales arrestados durante esta fase y evitar los problemas de masificación de detenidos y hacinamiento en las cárceles del país. La construcción y el uso de este centro fue muy bien recibido y aceptado por la población. Si vimos que, a principios de los años 2000, la cárcel permitió a las bandas reorganizarse y desarrollar sus actividades de narcotráfico, esta mega cárcel es muy diferente. Los presos nunca saldrán de esta, nunca salen de su celda y no pueden hablar sin autorización.

  6. Fase seis “Integración”: Fue anunciada el 15 de septiembre de 2023 por Nayib Bukele quien precisó que dicha fase contaría con un presupuesto de 30 millones de dólares anuales para su implementación. Esta fase supone la implementación de varios programas sociales: entrega de 2.000 becas estudiantiles; pasantías remuneradas para personas mayores de 60 años.

La noche del 26 de marzo de 2022 fue la más sangrienta (en términos de homicidios) desde el 1992. 62 personas fueron asesinadas por pandilleros. Muchos afirman que la violencia de aquella noche es la respuesta de las maras frente a la actitud de Bukele que se negó a liberar a uno de los altos grados de las maras durante negociaciones entre el presidente y las pandillas.

 

Frente a la situación, Bukele implementó el Régimen de Excepción en el país por 30 días. Tal medida supone la restricción de varios derechos para los individuos. El Régimen de Excepción suspende el derecho de reunión y asociación, el derecho a estar acompañado por un defensor y a ser informado de los motivos de detención. Además, suspende el derecho a la privacidad de las comunicaciones y el derecho a ser puesto en libertad tras 72 horas bajo custodia policial sin haber comparecido ante un juez, ampliándose este plazo a 15 días. Pocos meses después de la implementación del Régimen de Excepción, el presidente anunció la quinta fase del Plan Control Territorial, la fase “Extracción”.

 

Asimismo, el Régimen de Excepción implica el uso de 80 millones de dólares para equipar a las fuerzas armadas y desplegar el Ejército, así como la Policía. La policía y las fuerzas armadas patrullan en los barrios peligrosos, filtran las entradas y salidas al anochecer y van puerta por puerta para interrogar a los civiles y detener a cualquier individuo sospechoso de pertenecer a una mara. Bukele también presionó a los detenidos racionando sus comidas, cortando sus derechos de visita y retirando todas las comodidades de sus celdas: no más colchones ni kits de higiene.

 

Además, la Asamblea Nacional promulgó una revisión del Código Penal que duplica o incluso triplica las penas de prisión por crímenes y delitos cometidos por un marero y sanciona con 40 a 45 años de cárcel ser jefe de una mara. Ahora, los delitos de colaboración con una mara son sancionados con penas de 20 a 30 años de cárcel (contra 3 a 6 años antes del Régimen de Excepción). Por último, durante los juicios los jueces son «anónimos»: su nombre y datos personales se mantienen en secreto durante todo el proceso. Los testigos ya no están obligados a comparecer ante el tribunal y ahora tienen valor los testigos indirectos, es decir, los que fueron informados de hechos sin haberlos visto directamente.

 

Se supone que el Régimen de Excepción debía durar solo 30 días, pero Bukele nunca lo levantó. Tras dos meses, más de 30.560 personas fueron arrestadas con olas de 1.000 a 1.400 personas arrestadas en 24 horas.[8] La estrategia de Bukele permitió al país pasar 6 días consecutivos sin que ningún homicidio fuera comunicado. De manera general, la población aceptó la política de Bukele, sintiéndose más segura y protegida con las patrullas de la policía en los pueblos. Poco a poco, la gente pudo volver a salir para compartir y pasear por el parque.

 

La estrategia de Bukele tuvo resultados bastante excepcionales y muy positivos a corto/medio plazo. Según el gobierno de El Salvador[9], el Plan Control Territorial y el Régimen de Excepción en el país permitieron ahorrar más de $60 millones en el ámbito de la Salud con la reducción de personas lesionadas con arma de fuego. El gobierno afirma que cada lesionado por arma de fuego representa un costo de en promedio $32.000 y un herido con arma de fuego representa en promedio $23.000. Además, la titular del Ministerio de Vivienda (MIVI), Michelle Sol, afirmó que al menos 4.500 viviendas que estaban en manos de las pandillas pudieron ser devueltas a la población.[10] Según datos Ministerio de Justicia y Seguridad Nacional y de la Policía Civil Nacional, en 2023, El Salvador alcanzó la tasa de homicidios más baja en su historia (154 homicidios en el 2023 contra 495 homicidios en el 2022[11]). Para terminar, la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes pasó de 18 en 2021 a 2.4 en 2023. En términos de seguridad, podemos afirmar que Nayib Bukele cumplió con sus promesas y obtuvo resultados directos que afectaron positivamente la economía del país y la confianza de la población en el gobierno del presidente.

 

Resultados socio-económicos

 

La política de mano dura y el control de las pandillas permitieron a El Salvador obtener una nueva dinámica económica. Por una parte, se puede destacar numerosas mejoras:

 

Según datos de la ONU, El Salvador se consolidó como un destino atractivo para la IED. Como visto anteriormente, la inversión extranjera ha sido casi inexistente en El Salvador. Sin embargo, en 2023, el país atrajo $730 millones en IED, representando un aumento del 344% respecto a 2022.

 

En 2023, el país fue el cuarto en la región con mayor crecimiento en la llegada de turistas, aumentando un 40,4% respecto a 2019. Estos datos subrayan las oportunidades que El Salvador se está convirtiendo en un país con fuerte potencial a nivel turístico. El gobierno debe invertir en este sector para fomentarlo.

 

El clima de negocios en El Salvador se volvió favorable gracias a una inflación controlada y un crecimiento económico sólido. El Índice General de precios al Consumidor (IPC) en noviembre de 2024 fue de 129.93, sigue siendo elevado, pero muestra una tasa mensual de -0.09% y una variación anual de -0.31% demostrando una baja de la inflación en el país (2.41 puntos porcentuales menor que la registrada un año atrás).[12] Los ingresos públicos aumentaron en un 6,8 % en 2023. Las proyecciones económicas para el país indican un crecimiento superior al promedio de la región con una baja de la inflación. Además, El Salvador presenta una gran densidad de población y una mano de obra joven: el 54% de su fuerza laboral es menor de 40 años.

 

Por otra parte, otras políticas tuvieron resultados limitados, pero no catastróficos. El 7 de septiembre de 2021, la Ley Bitcoin fue implementada permitiendo adoptar el Bitcoin como moneda legal en El Salvador. El uso del bitcoin como moneda tuvo varios objetivos como una mejor inclusión financiera, las ganancias para las finanzas públicas y reducir costos de remesas. No obstante, la implementación de dicha política resultó extremadamente fastidiosa y sus resultados tibios…Hubo cierta reticencia al uso de esta moneda por desconfianza y preferencia al dinero en efectivo por parte de los ciudadanos. Asimismo, provocó una desconfianza por parte de los inversores en los mercados internacionales.

A pesar de un crecimiento económico y de un aumento del turismo, muchos retos siguen por ser cumplidos: el déficit público del país sigue siendo importante. Según el Banco Mundial[13], el déficit fiscal alcanzó el 4,7 % del PIB en 2023 y la deuda pública alcanzó un máximo del 84,9 % del PIB. Los márgenes soberanos se mantuvieron altos, con limitadas opciones de financiamiento. La calidad de las instituciones del país ha empeorado desde 2016 y siguen estando en niveles inferiores al promedio regional.

 

En términos de reducción de la pobreza y de las desigualdades, a pesar de los programas sociales implementados durante su primer mandato, el presidente Bukele todavía tiene que enfrentarse a varios retos: según el reporte del Banco Mundial “Mejorar vidas y medios de subsistencia: Evaluación de la pobreza y la equidad en El Salvador 2024[14], en 2023, el país contaba con 600.000 personas que vivían en hogares extremadamente pobres (9,3 % de la población), cuyos ingresos no cubren el costo de una canasta básica de consumo (USD 1,5 por persona al día en zonas rurales y USD 2,3 en zonas urbanas). Además, los ingresos de los más pobres han disminuido desde el 2019 y aún no se han recuperado. Los empleos formales y un acceso a la educación como fuente de movilidad social son esenciales para reducir la pobreza monetaria y reducir las desigualdades socioeconómicas.

 

Para concluir, podemos decir que los resultados económicos fueron bastante positivos, aunque hayan progresos que hacer en términos de igualdad o equidad socioeconómica. Se necesitará probablemente varios años antes de ver grandes avances en términos de reducción de las desigualdades.

 

Fallos de las políticas de mano dura

 

Si los resultados de la política de mano dura de Bukele fueron excepcionales a corto plazo, el problema del país no solo proviene de las pandillas. El Salvador necesita reformas de su sistema judicial. Parece que la política de mano dura de Bukele no logró cambiar la Justicia lo que no permitiría a la estrategia Bukele tener resultados positivos para el país a largo plazo.

 

Primero, varios pandilleros que dirigían las maras desaparecieron y no fueron detenidos. Cabe preguntarse si hubo negociaciones secretas entre el gobierno y las maras. Probablemente tendremos la respuesta a esa pregunta dentro de unos años.

 

Segundo, el método Bukele fue criticado por muchas ONG de derechos humanos y su eficacia fue cuestionada por diversos expertos, investigadores y estudiantes. De hecho, muchos denuncian errores relativos a las personas detenidas y detenciones sin pruebas ni fundamentos. El Régimen de excepción permite detener a una persona sin llevar a cabo una investigación. Varias personas fueron arrestadas solo por tener tatuajes. Claro, sin la necesidad de realizar investigación, resulta muy fácil detener a la gente. Es importante apuntar que, a finales del 2024, el presidente salvadoreño reconoció las imperfecciones y los errores de su política de mano dura al encarcelar inocentes. Además, el CECOT no tiene función resocializadora y no permite una reinserción de los pandilleros en la sociedad y los familiares de los presos no tienen ninguna información sobre ellos y no tienen el derecho a visitarlos.

 

Asimismo, el CECOT supone que el gobierno tendrá que soportar unos gastos importantes a largo plazo para mantener a los presos en esta mega cárcel, pagar al personal y mantener los sistemas de seguridad en buen estado.

 

A largo plazo, la estrategia de Bukele podría resultar ineficaz. Su política es una continuación de las políticas de mano dura que llevan años aplicándose en El Salvador que no abordan los problemas estructurales de los sistemas judicial y penitenciarios mencionados anteriormente en este ensayo. El ya deficiente sistema judicial del país tiene que hacer frente a esta masificación de detenidos y juicios. Carece de recursos financieros y de personal para hacer frente a esta situación. Es difícil construir casos sólidos contra los pandilleros. Aunque sea muy fácil detener, es más difícil encarcelar. A veces, por falta de pruebas, muchos inocentes cumplen largas condenas en prisión preventiva. Por otro lado, por la falta de pruebas inculpatorias, muchos culpables son liberados al final de su periodo de prisión preventiva.

 

 

¿De verdad, se ha convertido el Salvador en una dictadura?: Nayib Bukele, el “dictador cool”


Nayib Bukele El Salvador dictador cool AFP

Por más popular que sean Nayib Bukele y por más eficaces que sean sus políticas, no se puede negar el carácter autoritario de algunas de sus prácticas.

 

Primero, cabe apuntar que, en una democracia, la separación y la independencia de los poderes son clave. Están al centro de la gobernabilidad democrática. Sin embargo, durante su primer mandato, logró concentrar los tres poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial) con estrategias cuya constitucionalidad fue cuestionada…

 

El mandatario tuvo unas actitudes que nos llevan a cuestionar su voluntad a respetar la democracia y las instituciones. Por ejemplo, en febrero de 2020, Nayib Bukele, a tan sólo un año del inicio de su gobierno enfrentó su primera gran crisis política al confrontarse a la Asamblea Legislativa, irrumpiendo en el Congreso e interrumpiendo sus actividades sentándose en la silla del presidente parlamentario acompañado por oficiales de policía y militares, debido a que los diputados de ARENA y del FMLN se negaron a aprobar un préstamo de 109 millones de dólares para financiar la quinta fase del Plan Control Territorial.

 

Frente a la situación, el mandatario llamó a una insurrección popular pero no logró obtener aprobación legislativa pues empezó una campaña para obtener una mayoría en las elecciones legislativas. Finalmente la obtuvo a través del voto, es decir de manera totalmente democrática, obteniendo más del 50% del parlamento.

 

Dos meses después de dichas elecciones, los diputados decidieron destituir a los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Si esta decisión fue primera declarada inconstitucional, al final Nayib Bukele logró concentrar los tres poderes del Estado. A partir de este momento, podemos calificar la presidencia de Bukele de “hiper presidencia” ya que el presidente no solo tiene el control del poder ejecutivo sino de los tres poderes que existen en una democracia.

 

Por una parte, la estrategia de Bukele y el Régimen de Excepción, sobre todo, plantean muchas preguntas sobre la independencia del poder judicial en El Salvador. Según Benjamin Moallic[15], el Estado de Derecho[16] de El Salvador está en peligro. Según él, se puede preguntar si es legítimo sancionar con penas de 10 a 15 años de cárcel toda publicidad para las maras cuando se sanciona de solo 4 a 8 años de cárcel la incitación al genocidio y de 6 a 10 años los actos de violación. Con la continuación del Régimen de Excepción y la existencia de un sistema judicial y penitenciario poco eficaces existe el riesgo de ver todas las prácticas mencionadas anteriormente en cuanto a la detención y el juicio de los detenidos permanecer y generalizarse, socavando por completo el ya frágil sistema del país.

 

Asimismo, muchos expertos ponen en discusión la ley del 2015 que califica a las maras de “grupos terroristas” y consideran que el CECOT no responde a las necesidades de resocialización de los pandilleros y les deshumaniza. Muchos de los pandilleros fueron reclutados durante la adolescencia y muchas veces no tuvieron otra opción que entrar en las maras. Sin embargo, es muy probable que los presos de esta cárcel no vuelvan nunca más a ser libres puesto que muchos tienen que cumplir una condena de 200 años, incluso más, de cárcel. El problema aquí es que no existe una definición universal del terrorismo lo que significa que cada país puede definir este término como quiera, existen más de cien definiciones diferentes. Así que muchos opinan que este centro no es una solución sostenible que permita responder a los problemas socioeconómicos de El Salvador y que no respeta los Derechos Humanos, aunque El Salvador haya firmado la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU al ser parte de tal organización.

 

Por otra parte, el Estado de Excepción plantea problemas en cuanto al funcionamiento de la democracia salvadoreña: renovar el Estadio de Excepción le permitió también a Nayib Bukele ser reelegido ya que normalmente la Constitución salvadoreña no permite la reelección. El Régimen de Excepción le da poderes adicionales al presidente y le permite esquivar la ley. La centralización de los poderes legislativos y judiciales le permitió legitimar su candidatura a la presidencia para un segundo mandato. La nueva Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia cuyos magistrados fueron apostados por el propio presidente declaró que el artículo 152 de la Carta Magna de El Salvador impidiendo la reelección tenía un fallo judicial.  De esta manera, Bukele pudo volver a ser candidato. Uno de los riesgos es que la presidencia de Nayib Bukele nunca tenga un fin y que los términos de la Constitución no sean respetados. Bukele podría utilizar el poder judicial para cambiar la Constitución permitiéndole presentarse indefinidamente a la presidencia del país.

 

En torno a la libertad de expresión y periodismo en el país, en 2022, una ley de la Asamblea prohíbe toda promoción de las bandas y sanciona con penas de 10 a 15 años de prisión no sólo a toda persona culpable de elaborar o participar en la elaboración de mensajes implícita o explícitamente pro-Mara, sino también a todo medio radiofónico, televisivo, escrito o digital que reproduzca o transmita mensajes o comunicaciones que, procedentes o supuestamente atribuidos a estos grupos criminales, puedan generar zozobra y pánico entre la población.

 

He aquí un extracto del decreto número 1030 de la Asamblea Legislativa del 05 de abril de 2022 que reforma el código penal:

 

“ELABORACIÓN Y REPRODUCCIÓN ILEGAL DE MENSAJES, SEÑALES, DENOMINACIONES O PROPAGANDAS ALUSIVAS A MARAS O PANDILLAS

 

  Art. 345-C.- El que elaborare, participare en su elaboración, facilitare o fabricare, textos, pinturas, diseños, dibujos, grafitis o cualquier forma de expresión visual en bienes inmuebles de uso público o privado, que explícita o implícitamente transmitan mensajes, señales, denominaciones, propagandas, o cualquier tipo de manifestación escrita que haga alusión a las diferentes agrupaciones, o asociaciones criminales terroristas de maras o pandillas, y en especial las que tengan como finalidad aludir a control territorial de dichos grupos o a transmitir amenazas a la población en general, será sancionado con pena de prisión de diez a quince años.

  En igual sanción incurrirán quienes, por medio del uso de las Tecnologías de la Comunicación y la Información, medios de comunicación radial, televisivo, escrito o digitales, reproduzcan y transmitan mensajes o comunicados originados o presuntamente originados por dichos grupos delincuenciales, que pudieren generar zozobra y pánico a la población en general.”

 

Una de las hipótesis es que con dicha ley Bukele quiso impedir que nadie revelará ninguna información sobre las negociaciones que pudieran haber tenido lugar entre Bukele y las maras antes de su llegada al poder. Cabe precisar de nuevo que solo es una hipótesis por falta de pruebas. Empero, en esta ley no queda clarísimo que tipo de contenido sobre las maras se puede difundir. ¿Se puede hablar de las pandillas de manera informativa o educativa? ¿O publicar un testimonio? Esta ley no solo impide publicar contenido que promociona las maras, sino todo contenido que “haga ilusión” a estas.

 

Entonces, ¿es Bukele un dictador? la Real Academia[17] define una dictadura como un “régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales”. La definición de dictadura está vinculada a los términos tiranía; despotismo; autocracia; absolutismo; cesarismo; totalitarismo; fascismo. En la historia, el concepto de dictador aparece durante la República Romana, el dictador era elegido por el Senado y una comisión de ciudadanos para que gobierne por un periodo limitado en tiempo de emergencia. Dicha persona tenía poderes extraordinarios de carácter militar (ya que muchas veces se otorgaba ese título en tiempos de guerra). Tras la desaparición de la República Romana, la idea de dictador fue vinculada a un estilo de gobernanza autoritario y a una persona tiránica con ambiciones personalistas. Una dictadura puede ser de derechas como de izquierdas. En general, las dictaduras suponen un sistema de gobierno con partido único o la casi inexistencia de oposición política, un régimen represivo e incluso violento. Las dictaduras suelen favorecer la desigualdad a través de la inequitativa distribución de las riquezas beneficiando en mayor parte a los simpatizantes del dictador. Las definiciones de dictadura suelen describir un sistema de gobierno en el que el gobernante ejerce todos los poderes de manera absoluta.

 

Nayib Bukele llegó al poder de manera democrática. Obtuvo mayoría legislativa de manera democrática. La oposición política en El Salvador sigue existiendo con los partidos ARENA y FMLN. En términos de desigualdades todavía es demasiado temprano para analizar los resultados de Bukele. El presidente tuvo que enfrentarse a la pandemia del COVID-19 que claramente empeoró la situación del país. Sin embargo, no se puede ignorar los actos del presidente que van en contra de la democracia y de sus principios. El presidente irrumpió en el Congreso con fuerzas armadas para presionar a los diputados para que voten su ley y su presupuesto. El problema del respeto de los derechos humanos, de los inocentes presos y de la restricción de ciertas libertades como de expresión. La prolongación del Régimen de Excepción por el presidente le permitió su reelección. Un Régimen de Excepción no tiene como finalidad eternizarse. El gobierno ya no está en la fase 5 del Plan Control Territorial con lo cual el aplazamiento de este Régimen no queda realmente legítimo…Así que no se puede negar la existencia de inquietudes en torno a sus prácticas que suelen ser vinculadas con el concepto de dictadura y de dictador.

 

 

Conclusión

 

Nayib Bukele llegó a la presidencia de El Salvador con una visión totalmente nueva para su país. Tenía como objetivo dar una nueva imagen al país a nivel internacional para exportar su modelo a otros países de Centroamérica, incluso a otros países de América latina. Fue un éxito total. Su estilo de gobernanza y popularidad inspiraron a otros mandatarios de la región. En enero de 2024, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declaró la guerra contra las pandillas. El primer mandato de Bukele se enfocó en terminar con las pandillas, condición sine qua non para obtener una nueva dinámica socioeconómica. El presidente logró restablecer la seguridad y la paz en El Salvador a través de un estilo bastante autoritario, poniendo en cuestión el funcionamiento de la democracia salvadoreña. Si no queda clarísimo si El Salvador se ha convertido en una dictadura, lo que sí podemos afirmar es que la presidencia de Bukele es una verdadera hiper presidencia por la concentración de los poderes. Sin embargo, fue bien recibida por los salvadoreños. Por un lado, el cansancio y hartazgo general de los ciudadanos por la violencia de las pandillas, los homicidios generalizados, el miedo y por otro lado la fragilidad de las instituciones de un país suele constituir un mantillo para gobiernos más autoritarios. La popularidad del presidente Bukele llega hasta más allá de las fronteras del país, sobre todo en países que sufren de conflictos internos como Colombia o Venezuela.


“El debilitamiento institucional también facilita regímenes híbridos que consolidan el poder en manos de líderes que erosionan las libertades democráticas.”[18]


El objetivo central del segundo mandato de Bukele ahora es la erradicación de la corrupción. La corrupción sigue presente dentro de las instituciones del Estado y de las distintas autoridades locales de El Salvador. Las diferentes negociaciones entre los alcaldes y las maras han debilitado la autoridad del Estado, cada vez más desacreditado por la corrupción. Los casos de corrupción en los más altos niveles de gobierno han dañado la imagen del Estado. Nayib Bukele deberá restablecer la confianza entre los ciudadanos y El Estado.



[1] «El Salvador: panorama general», Text/HTML, World Bank, accedido 29 de enero de 2025, https://www.bancomundial.org/es/country/elsalvador/overview.

[2] «Estimación del Costo Económico en El Salvador - Red de Investigadores del Banco Central», abril de 2016.

[3] José Miguel Cruz, «La nueva cara de las pandillas callejeras: El fenómeno de las pandillas en El Salvador» (International Florida University, 2016).

[4] Olivier CHRISTOPHE y Garance ROBERT, «Les nouveaux enjeux de la violence à El Salvador», 2019.

[5] Olivier CHRISTOPHE y Garance ROBERT, «Les nouveaux enjeux de la violence à El Salvador», 2019. Según los datos de World Prison Brief alimentados por la Universidad Birkbeck de Londres.

[6] «El Salvador | “World Prison Brief», accedido 11 de enero de 2025, https://www.prisonstudies.org/country/el-salvador.

[7] La Real Academia define el populismo como la “tendencia política que pretende atraerse a las clases populares”. RAE- ASALE y RAE, «populismo | Diccionario de la lengua española», «Diccionario de la lengua española» - Edición del Tricentenario, accedido 18 de enero de 2025, https://dle.rae.es/populismo.

En la historia de América latina, los regímenes populistas suelen combinar ideologías bastante opuestas como autoritarismo de izquierdas o socialismo de derecha. Los regímenes populistas en la región surgieron principalmente en el marco de una transición de una sociedad tradicional a una sociedad más moderna. La transición capitalista en la región fue muy rápida e incluso brutal lo que excluyó a una gran parte de la población. El populismo de América latina tiene unas características diferentes al populismo de Occidente, por ejemplo.

Roger Bartra, «Populismo y democracia en América Latina. Notas y reflexiones», Problèmes d’Amérique latine, n.o 1 (2009): 11-25, https://shs.cairn.info/revista-problemes-d-amerique-latine-2009-1-page-11.

“Democracia representativa y clases populares” (1965), reproducido en G. Germani, Torcuato S. di Tella y Octavio Ianni, Populismo y contradicciones de clase en Latinoamérica, Ediciones Era, México, 1973, p. 29. Un libro de Octavio Ianni resume bien las preocupaciones de la izquierda en torno al fenómeno: La formación del Estado populista en América Latina, ediciones Era, 1975.

[9] Innova Servs, «Como resultado de la baja en la criminalidad, el Estado registra un ahorro de $60 millones en el área de Salud», Presidencia de la República de El Salvador (blog), 10 de enero de 2023, https://www.presidencia.gob.sv/como-resultado-de-la-baja-en-la-criminalidad-el-estado-registra-un-ahorro-de-60-millones-en-el-area-de-salud/.

[10] Innova Servs, «Estrategias de seguridad permiten recuperar más de 4,500 viviendas para incrementar el acceso a la población», Presidencia de la República de El Salvador, 18 de enero de 2023, https://www.presidencia.gob.sv/estrategias-de-seguridad-permiten-recuperar-mas-de-4500-viviendas-para-incrementar-el-acceso-a-la-poblacion/.

[11] egobsv, «El 2023 fue el año más seguro en la historia del El Salvador», POLICIA NACIONAL CIVIL, 3 de enero de 2024, https://www.pnc.gob.sv/el-2023-fue-el-ano-mas-seguro-en-la-historia-del-el-salvador/.

[12] «Boletín IPC Diciembre 2024», Banco Central de Reserva de El Salvador, Diciembre de 2024, https://www.bcr.gob.sv/documental/Inicio/apartado/10.

[13] «El Salvador: panorama general», Text/HTML, World Bank, accedido 29 de enero de 2025, https://www.bancomundial.org/es/country/elsalvador/overview.

[14] «Una oportunidad para reducir la pobreza y la desigualdad en El Salvador | Diagnóstico de pobreza para el país», World Bank, accedido 3 de febrero de 2025, https://www.bancomundial.org/es/country/elsalvador/publication/una-oportunidad-para-reducir-la-pobreza-y-la-desigualdad-en-el-salvador.

[15] Benjamin Moallic, «État d’exception : que se passe-t-il au Salvador ?», Amérique latine 1, n.o 1 (1 de diciembre de 2022): 143-57, https://shs.cairn.info/revue-amerique-latine-2022-1-page-143.

[16] El Estado de Derecho es el conjunto de reglas/leyes organizadas de manera jerárquica que todos los ciudadanos, todas las instituciones deben respetar, renunciando a una parte de sus libertades, para asegurar el bien común. El Estado de Derecho define las normas que rigen el funcionamiento de una sociedad. 

[17] RAE- ASALE y RAE, «dictadura | Diccionario de la lengua española», «Diccionario de la lengua española» - Edición del Tricentenario, accedido 4 de febrero de 2025, https://dle.rae.es/dictadura.

[18] María Vierna Espino, «El fenómeno Bukele: una democracia iliberal en América Latina», 10 de diciembre de 2024, https://repositorio.iberopuebla.mx/handle/20.500.11777/6163.

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